El Ayuntamiento de Benidorm, a través de la Concejalía de Espacio Público y la colaboración de la Universidad de Valencia, está realizando un estudio para conocer el impacto del denominado efecto isla de calor en la ciudad. Se trata de un estudio científico que pretende localizar qué zonas o puntos del municipio sufren ese efecto con el fin de tomar decisiones y medidas para minimizarlo y mejorar el confort climático de la población.
Para ello, según ha explicado hoy el concejal de Espacio Público, Francis Muñoz, hace un mes se instalaron más de una veintena de sensores térmicos en diferentes puntos de Benidorm. Estos dispositivos miden la temperatura en los puntos elegidos “consiguiendo un mallado de la ciudad con datos pormenorizados”. La primera toma de muestras ya ha finalizado “y ahora los datos se están examinando”.
En el mes de junio se procederá a realizar una segunda medición “y posteriormente se compararán los datos obtenidos entre una medición y otra para tener una idea muy aproximada de cuál es la situación” ha señalado Adrián Ferrandis, de la Universidad de Valencia. Al final la universidad elaborará un informe que entregará al Ayuntamiento en el que se aconsejará sobre las decisiones a tomar.
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