Desde el pasado 27 de diciembre diferentes vacunas contra el coronavirus están siendo aplicadas en todo el continente europeo con el fin de frenar los contagios de Covid-19 y vencer la pandemia. En este contexto, la Comisión Europea propondrá el 17 de marzo la creación de un pasaporte de vacunación contra el Covid-19 conocido como Pasaporte Sanitario Europeo.
Este ‘Pase Verde Digital’ tiene como objetivo proporcionar la “prueba de que una persona ha sido vacunada, los resultados de las pruebas para aquellos que no han podido vacunarse aún e información sobre la recuperación de la Covid-19” respetando en todo momento la privacidad del individuo.
Una de las cuatro libertades fundamentales de la Unión Europea es la libre circulación de personas por los países que la conforman. Si se limitase la movilidad mediante el uso del pasaporte de vacunación contra el coronavirus, esta medida entraría en conflicto con las libertades de la ciudadanía europea.
Sin embargo, este pasaporte o certificado no es bien recibido por los 27 países miembros de la UE, por las implicaciones éticas que este conlleva. Como ya apuntaba Fernando Simón, sí que existe un acuerdo para que, en el caso de crearse este documento, se emplease para uso sanitario. No existe tal consenso cuando su uso se dirige a la obligatoriedad de la vacuna para viajar por la Unión Europea, ya que no todo el mundo puede recibirla por su estado de salud o porque, debido a su edad, las dosis no le llegarán hasta pasado un largo periodo de tiempo.
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