Todos los sectores económicos se han visto afectados por la crisis económica derivada del Covid, pero el turístico es, de lejos, uno de los que han sido golpeados más duramente. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y Turespaña, el número acumulado de turistas extranjeros en España no ha hecho más que caer desde enero, alcanzando el pasado mes de septiembre un índice del -72,9%. Además, el sector se expone a perder hasta un 44% de su PIB durante este año.
Este retroceso se debe principalmente a la pandemia, pero también a otros factores derivados de ella, como la confianza. Un análisis hecho por Accenture asegura que el 58% de los usuarios no tiene confianza a la hora de viajar en avión, el 47% en alojarse en un hotel y el 42% en alquilar un coche.
La recuperación se presenta incierta, puesto que dependerá de la llegada de una vacuna eficaz y que pueda distribuirse de manera masiva. Aun así, la incertidumbre puede conformar una gran oportunidad para transformarse. El modelo turístico actual, muy basado en el sol y playa, debería dar paso a una oferta más rica, utilizando el valor cultural o la gastronomía española. Las compañías que no aborden esta transformación podrían perder capacidad competitiva, ya que la industria está cambiando y, con ella, las prioridades de los viajeros.
Miguel Flecha, responsable de la industria de Travel & Hospitality en Accenture para Europa, apuesta por potenciar tres áreas principales: la experiencia del cliente, ahora más importante que nunca para diferenciarse en un entorno de demanda restringida; las nuevas tecnologías, para operar de forma más eficiente y para diferenciarse; y la creatividad, para abordar nuevas formas de hacer negocio.
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