Este ha sido otro año difícil para nuestras sociedades, nuestras economías y el turismo. Sin embargo, hemos conseguido sentar las bases para reiniciar el turismo en torno a los pilares de la sostenibilidad, la innovación, las personas y la inversión para un futuro resiliente.
También hemos visto avances significativos en la búsqueda del equilibrio entre garantizar la seguridad de las personas y mantener a flote el turismo. La necesidad de unos protocolos de viaje armonizados ha sido el mensaje que hemos transmitido desde el primer día, unos protocolos que han sido imprescindibles para reanudar el turismo en muchas partes del mundo, sobre todo en los destinos del hemisferio norte durante los meses estivales, cuando mayor es la afluencia de turistas.
Ahora, la reactivación del turismo es impensable sin inversiones verdes. Según la Declaración de Glasgow sobre la acción climática en el turismo, presentada en la Cumbre del Clima de la Naciones Unidas, conocida como COP26, el turismo está preparado para hacer el trabajo duro y atender a sus responsabilidades ante las personas y el planeta. Además, aseguran que estamos recibiendo un número cada vez mayor de compromisos para reducir las emisiones a la mitad para 2030 y para alcanzar el nivel de cero emisiones netas antes de 2050, con los países Miembros, los diferentes destinos, las empresas globales y los actores locales, así como los medios de comunicación. En cuanto a las personas, han sostenido que los beneficios que ofrece el turismo se disfruten de la manera más amplia y justa posible.