El quinto Informe de Temporada del Observatorio Nacional del Turismo Emisor (ObservaTUR) revela que el miedo al rebrote y la situación económica familiar están condicionando las elecciones de destinos para irse de vacaciones. Así, lugares no masificados, viajes familiares, el uso del coche propio y la contracción del consumo marcarán el verano 2020 en España.
La encuesta realizada a 1.000 viajeros españoles muestra que un 40% se quedará en su casa este verano y el motivo principal, como era de esperar, es la pandemia. Solamente el 20% cumplirá con lo que tenía previsto antes de la pandemia de coronavirus. Entre los que sí viajarán, la gran mayoría (81%) planea hacerlo en pareja, un 37% con hijos y los viajes con amigos caen hasta representar tan solo un 14%.
Aunque siete de cada diez encuestados tienen decidido tomar sus vacaciones en julio y agosto, es cierto que hay gente que esperará a ver cómo se desarrollan estos primeros meses de desconfinamiento y viajará en septiembre. Además, la disminución de viajes al extranjero es una de las reacciones más claras de la pandemia: tan solo el 6% de los españoles tiene pensado visitar un destino internacional y un 18% prevé combinar un destino internacional con otro nacional durante sus vacaciones.
Este verano, los españoles esperan gastar menos dinero: en total, el gasto por persona ascenderá a unos 595 euros de media, cifra inferior a los 714 euros de 2019 y 719 de 2018. Del 100% del presupuesto, el alojamiento se lleva el 32%, la restauración el 29% y el transporte el 16%. En comparación con las vacaciones del verano pasado, se observaría un incremento en los gastos de transporte, mientras el alojamiento y la restauración verían reducida su parte de la distribución del gasto.
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