La llegada del confinamiento domiciliario, decretado por numerosos países a nivel global con el objetivo de detener el avance del virus ha provocado que la aportación del turismo al PIB de España cayese de un boyante 12,4% a un 5,5%, provocando una circunstancia económica extremadamente compleja, y poniendo en jaque a la actividad productiva mayoritaria del país.
Todo esto ha acelerado un cambio de paradigma para los consumidores, pasando de una identidad física a una más bien digital, poniendo de manifiesto la necesidad de repensar un sector hasta ahora tradicional en la gestión de los viajeros. En definitiva, lejos de la estandarización del turismo que hasta ahora se demandaba, nos encontramos ante una nueva era de la personalización, que requiere de la tecnología para cumplir las expectativas de los usuarios.
La compañía especializada en soluciones de transformación digital y cognitiva Globant ha asegurado que el futuro del sector turístico pasa por comprender que la digitalización y los usuarios son indisolubles para responder a la necesidad de modernización adaptada a la que los medios han denominado “nueva normalidad”. Así, la experiencia digital, que se basa en combinar de manera armónica las experiencias digitales con las físicas, tiene como objetivo optimizar el recorrido del cliente, brindándole lo mejor de ambos mundos.
Para ello, las empresas deben tomar consciencia del cambio de paradigma social, cultural y, ante todo, tecnológico en el que nos encontramos inmersos, recurriendo a servicios basados en Inteligencia Artificial (IA), el análisis de datos, las API integradas con asistentes robotizados, y el aprendizaje automático.