Desde el inicio de la pandemia, las visitas a España han caído un 77,3% según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Y las perspectivas no son muy optimistas para este 2021. La última encuesta realizada entre el grupo de expertos de la Organización Mundial del Turismo (OMT) muestra que un 50 % de los encuestados cree que el repunte no se producirá al menos hasta 2022. Y, cuando lo haga, no todos los tipos de turismo tendrán la misma demanda.
Algunos expertos afirman que el turismo a pequeña escala posiblemente se recuperará bastante antes que el de masas. Ahora no tenemos tantas ganas de encontrarnos en una playa repleta de gente, sino de estar en sitios menos masificados. Y el turismo gastronómico, que tiene un estatus opuesto al de masas, supone en estos tiempos un reclamo interesante.
Los puntos clave que hacen del ‘gastroturismo’ una opción atractiva en la situación actual son su base local, el hecho de ser un tipo de turismo que suele organizar el propio viajero de forma individual, familiar o en grupos reducidos. Además, es una actividad que acostumbra a ser poco estacional, puesto que se distribuye a lo largo de todo el año.
Independientemente de cuándo se reanude la actividad turística, el grupo de expertos de la OMT prevé que en esa fecha se producirá un incremento de la demanda de actividades turísticas de naturaleza y aire libre, con una apuesta sobre todo por el turismo interno y las experiencias de «viajes lentos», en los que se saborea cada momento y cada lugar a través de experiencias como una visita a una bodega o disfrutar de las tradiciones y costumbres del lugar mediante la comida de los restaurantes locales.
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