El estudio de evaluación sobre el proyecto piloto de la Tarjeta Europea para Personas con Discapacidad ha detectado distintas dificultades que la iniciativa debe superar para resultar efectiva. Asimismo, el estudio “Estrategia para los derechos de las personas con discapacidad 2021-2030” concluye con que esto solo será posible con la implicación de todos los Estados miembro de la UE y con la participación obligatoria de las empresas e instituciones proveedoras de servicios.
Entre las dificultades detectadas, el estudio destaca que los sectores cubiertos por la Tarjeta Europea no están armonizados en los estados miembros; que no existe un seguimiento común; que la información de las tarjetas nacionales y sus respectivas webs resulta “muchas veces inconsistente”; que los servicios a los que da acceso no son 100% accesibles, y que los proveedores la perciben como una posible merma financiera.
Según la respuesta parlamentaria en respuesta a las dudas planteadas por el diputado de EH Bildu, Jon Iñarritu a propósito de dicho proyecto piloto, se explica que esta evaluación se llevó a cabo en Bélgica, Chipre, Malta, Italia, Rumanía, Eslovenia, Estonia y Finlandia y en sectores muy concretos, como la cultura y el ocio, por parte de una firma de consultoría.